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paraná (y tres)
Soy un barco que desciende el Paraná,
que abandona en las orillas enturbiadas,
sueños que fabulan abundancias,
limos empujados hacia el mar.
Vástagos engendro, a saber:
brazos, meandros, ensenadas…
Díscolos algunos, otros educados. Y también:
pasionales, fantasiosos, sensuales, ilusorios…
Sé que ahora que contemplo el Paraná,
todos ellos significan lo existido,
sedimentos, devenires; esto son.
Ese barco que desciende el Paraná,
luna llena reflejada en su caudal,
un latido que susurra sin cesar,
mis ensueños y pretéritas ficciones.
El regazo de su lecho, que insinúa,
que dibuja y que musita yo persigo.
Pues al cabo, ¿qué se obtiene del viajar?
Pura esencia, no lo dudo, y existencia.
Que soy tuyo, río, reconozco.
Siempre supe que vivir, solamente
es transitar, y transitar efímero sentir.
Soy un barco que desciende el Paraná.
¡Que profundo y bello poema!. Me encanta.