26
y Baires se aleja
Postrer sentimiento,
ojos de amado sin amante,
viento extraviado,
ofuscación que emborrona
un último delirio. Primavera
repudiada, reservorio de
una fragancia residual,
flor privada de sí misma,
penitencia dimanada
de un pecado inaceptado,
de un calor postulado,
carente de perspectivas,
como este cielo sosegado
que bajo mis pies se aleja,
que empequeñece la mirada.
Belleza, que por reconocerse
ocúltase egoísta a su efímero
momento. Cerciorada, casi
dejando de ser, pronto mortal,
común, simple como yo,
que sin ambages explayo
la turbación del regreso.
Ahora (no sé después), ahora
no contemplo otro futuro.
Y tal vez por ello insiste,
regresando a mi razón, tenaz,
destructora, una y mil veces
la distancia, que entre sombras
aboceta un dibujo que adivino.
Al instante el tiempo se bifurca.
pbc7l5