FIN

Traicionadas por sus propios acólitos los minutos, los segundos, las décimas de segundo… Todos los que ocupaban el espacio que media entre una y otra las abandonaron al unísono, y entonces ellas, las horas, se detuvieron; desaparecieron para siempre, y con éstas también lo hizo el tiempo.

4 comentarios

  1. ¡Hombreee… o mujer! No, eso no, no te dejes desaparecer.
    Saludos y buen día.

    E.J.

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